Después de nueve días de intensa celebración, el "Pobre de Mí" marca el final de las fiestas de San Fermín. Esta emotiva ceremonia se lleva a cabo la noche del 14 de julio, y es el momento en que Pamplona despide con nostalgia a su fiesta más querida.
A medianoche, miles de personas se reúnen nuevamente en la Plaza Consistorial, pero esta vez con una mezcla de tristeza y agradecimiento. Con velas en mano y pañuelos rojos al cuello, los asistentes entonan el "Pobre de Mí", una canción que refleja el sentimiento de melancolía por el fin de las fiestas.
El "Pobre de Mí" es un contraste con el Chupinazo: si bien el inicio de las fiestas se celebra con júbilo y energía, el final es un momento de recogimiento y reflexión. Los pamploneses y los visitantes cantan juntos, agradeciendo por los buenos momentos vividos y pidiendo al santo que cuide de todos hasta el próximo San Fermín.
Es un momento de comunidad, donde se comparte la tristeza de despedir las fiestas, pero también la esperanza de que el próximo año traerá nuevamente la alegría de San Fermín. El "Pobre de Mí" es la despedida, pero también es un recordatorio de que, aunque las fiestas terminen, el espíritu de San Fermín siempre permanecerá vivo en el corazón de Pamplona y de todos aquellos que han tenido la suerte de vivirlas.